Érase una vez un instante congelado sobre papel que data de mi tierna infancia. En él aparecíamos mi madre, el mar, el cielo y yo. Tanto mamá como yo vestíamos camisa roja y el viento nos daba en la cara diagonalmente, agitando nuestros cabellos. Y mientras el mar dividía el horizonte a la altura de nuestros hombros, en un tono un poco más oscuro que el del cielo, yo miraba absorta hacia ninguna parte, con rostro espectante, al tiempo que mi madre inclinaba la cabeza, sonriendo, para ver mi gesto. Es una escena única que me llena de paz y me recuerda que alguna vez tuve la vida por delante, en blanco.
Ahora mi vida es un collage. Un conjunto de situaciones y consecuencia de acciones, algunas buenas otras malas, además de algún que otro sueño y alguna que otra esperanza. Así ha de ser ¿no? pero muy dentro de mi, anhelo aquello de volver a empezar; lo he hecho muchas veces y otras tantas tendré que volver a hacerlo. Esta es sólo una vez más.
Ahora mi vida es un collage. Un conjunto de situaciones y consecuencia de acciones, algunas buenas otras malas, además de algún que otro sueño y alguna que otra esperanza. Así ha de ser ¿no? pero muy dentro de mi, anhelo aquello de volver a empezar; lo he hecho muchas veces y otras tantas tendré que volver a hacerlo. Esta es sólo una vez más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario